Por: Francisco Fermin, PMP®
Es indudable el impulso que ha estado recibiendo el emprendimiento en los últimos tiempos. En nuestra vida profesional vemos cada vez más personas que se autodenominan como emprendedores.
De acuerdo al diccionario: “Emprendedor, -ra adj. Se aplica a la persona que tiene decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o entrañan algún riesgo: los descubridores de nuevas tierras eran gente emprendedora”.
En nuestra interpretación, el emprendedor es una persona que tiene una idea que, en su opinión, de alguna manera terminará materializada en una operación exitosa. Esto significa que deberá ser capaz de promover su idea, conseguir el apoyo y los recursos necesarios para la realización de su emprendimiento. Y una vez conseguido el apoyo, materializarlo transformándolo en la operación exitosa prometida.
En este artículo, estaremos mencionando los conceptos, técnicas y herramientas que pueden ayudar al emprendedor en su paso por el proceso de desarrollo de su idea y acompañarlo hasta ponerla en práctica exitosamente.
Las Características de un buen emprendedor
Visto lo anteriormente expuesto, un emprendedor debe manejar los conocimientos propios del negocio que plantea, pero necesita desarrollar habilidades comerciales, para vender su propuesta y habilidades de gerencia de proyectos, para definirla y materializarla.
De igual forma, debe ser muy cuidadoso para evitar caer en lo que llamamos “Los pecados del emprendedor”:
- “Excesivo optimismo”. Desconexión de la realidad.Un emprendedor debe manejar mecanismos que le permitan gestionar la incertidumbre natural de su propuesta, para ubicarla dentro de unas estimaciones de duración y costo que tengan una “razonable probabilidad de éxito”. Un mínimo nivel de definición de su proyecto, le ayudará a mantener su conexión con lo posible.
- “Enamorarse del proyecto”. Pérdida de objetividad. El emprendedor, debe desarrollar las habilidades y conocer los indicadores que le permitan detectar, objetivamente, cómo marcha el desarrollo de su emprendimiento y estar preparado para la eventualidad de tener que cancelar su proyecto, si, como producto de su elaboración progresiva, detecta que no es recomendable seguir invirtiendo recursos para tratar de completarlo.
- Obligar al inversionista a tomar decisiones de “costo hundido”. Pérdida de credibilidad. Según algunos autores, estas son las peores decisiones que algún ejecutivo tenga que tomar. Una decisión de costo hundido se produce cuando se detecta la necesidad de realizar un incremento significativo en el presupuesto del proyecto, luego de haber gastado una porción importante del mismo, de manera tal que las opciones que quedan son, incrementar el presupuesto en el monto requerido o parar el proyecto y con ello echar a pérdida todo lo invertido hasta el momento. Una decisión de costo hundido, generalmente es el producto o de una deficiente definición de los trabajos o de mal control de ejecución.
- Incumplir la “promesa de valor”. Proyecto fallido.Finalmente, cuando se entrega el producto final del proyecto, resulta que no cumple con la promesa de retorno de valor. Esto puede ser consecuencia de un inadecuado estudio del mercado, fallas en la elaboración de las especificaciones del producto o mala implementación. Nuevamente, un adecuado control y seguimiento del proyecto, permitirá detectar estas situaciones con suficiente anticipación.
Conceptos, Técnicas y Herramientas de la Gerencia de Proyectos
Aunque existen gran cantidad de estas, a continuación presentamos un cuadro resumen de aquellas que, en nuestra opinión, ofrecen ayuda más orientada al emprendimiento:
Figura 1. Conceptos técnicas y herramientas de la Gerencia de Proyectos
En futuras entregas, estaremos profundizando en algunos de estos elementos.